Antes, los abogados de tecnología asesorábamos solo a las empresas claramente tecnológicas o de comunicaciones, pero ahora están viniendo todos estos sectores, que también necesitan asesoramiento en asuntos digitales. Antes, una empresa energética a lo mejor no necesitaba asesoramiento legal sobre tecnología, pero si ahora decide implantar sensores en los molinos eólicos para obtener información, necesita un conocimiento que antes no precisaba.
Otro asunto que preocupa a muchas compañías es el tratamiento de datos, tanto personales como no personales, ya que tienen que recopilarlos, gestionarlos, ordenarlos, saber a quién pertenecen, etc., y a nivel jurídico esto genera unos retos que antes no existían, porque ahora los flujos de datos son mucho más rápidos y complejos.