Un error importante es casi siempre la consecuencia derivada de otros desaciertos de menor alcance. Poner el foco en un fallo de grandes dimensiones solo lleva al círculo vicioso de la culpa, el arrepentimiento y el pesimismo.
El objetivo es llevar una vida con sentido el mayor tiempo posible y los pequeños premios facilitan la sintonía con nuestra existencia
Si, por el contrario, lo que se acometen son las equivocaciones parciales, las mismas aparecen, de repente, como enmendables. Retocando esas pequeñas faltas podemos mejorar tanto en la vida como en el trabajo, teniendo siempre muy presente que la perfección no existe y lo que nos toca es vivir siempre un continuo avance.