Las grandes empresas españolas, incumplen de manera sistemática la Ley de Morosidad de nuestro país. Dicha ley, aprobada el 7 de julio de 2010, obliga a las empresas privadas a pagar sus facturas en un plazo máximo de 60 días desde que les hayan sido emitidas. Sin embargo, actualmente las empresas están haciendo el pago a 83 días, según el estudio Índice de Riesgo 2014.
Y si quien te debe dinero es una administración pública, la cosa se pone aún peor. Pese a que la ley les obliga a pagarte 30 días después de que les hayas emitido la factura, actualmente lo hacen a 154 días, con el consiguiente perjuicio para la pequeña empresa.
Así que si eres autónomo y/o tienes una pyme, no sólo vas a tener que tragar con que tus clientes te paguen con retraso e incumpliendo la ley; ahora también tendrás que entender que incluso aunque no te paguen, tienes que dejarles que se ahorren el IVA.